El dolor de las madres que venden milcaos en el paseo Talca de puerto
montt
El dolor de las vendedoras del paseo Talca, que ejercen el comercio de
ventas de milcaos de ralladura de papas, empanadas de manzana, roscas y
calzones rotos, que recibieron nueva notificación del fin de su actividad
comercial. Son mujeres mayores en mayoría, que le pasa lo mismo de siempre, la
modernidad, la pagan quienes menos tienen, aun cuando el proyecto de
remodelación de calle varas se cae por falta de recursos, una pequeña diferencia
de 6 mil millones de pesos, y se inicia la ofensiva de perseguir a estas
mujeres que vende sus productos para sobrevivir. Es el caso de Izolde Subiabre
y Alicia su hermana, que se turnan para vender ya que tienen al cuidado a su
hija con síndrome de west, personas que se sacrifican arto y están cansada de
tanto arrancar a sus 68 años de edad, donde la mitad de su vida se han dedicado
a esta actividad por cosas de la vida.
El gobierno comunal a la hora de decidir debería mirar el código del
trabajo y el convenio OIT 169, sobre esta actividad, que señala “Las costumbres
mercantiles suplen el silencio de la ley, cuando los hechos que las constituyen
son uniformes, públicos, generalmente ejecutados en la República o en una
determinada localidad, y reiterados por un largo espacio de tiempo… Son
comerciantes los que, teniendo capacidad para contratar, hacen del comercio su
profesión habitual.”
Informe departamento conflictos Central Unitaria de Trabajadores de la
Provincia de LLanquihue
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