Frente a la crisis del salmón y tras el incendio de la casona que albergó la CUT por cera de 20 años en Puerto Montt

A propósito de la crisis del salmón y el incendio de la ex casona  que albergó por más cerca de 20 años la CUT


La crisis que afecta la Región de Los lagos, que amenaza con la pérdidas de miles de empleos a partir del 1 de abril, tiene como corolario  una industria cuyas políticas y prácticas son inspiradas  por la lógica de MALOS EMPRESARIOS, que ven a la empresa una lugar donde hacer dinero, sin importar el bienestar de las personas, sus trabajadores, el medio ambiente, la sana competencia, que serán en definitiva el sello de calidad del producto que llevan a la mesa de millones de hogares en todo el mundo.
Si los empresarios no cambian, nada cambiara, no habrá legislación ni nuevo trato, debe haber un pacto social laboral regional que se funde en el respeto y valoración de las personas.
Que podría explicar que en menos de diez años la industria pasa por una nueva crisis similar o peor a la anterior, está última que atacó en un solo día a 51 centros de engorda de salmones ubicados en el seno y estuario del reloncavi del mar interior de la Región de Los Lagos, fenómeno conocido como “el ataque mortal de un alga nociva” que el 25F mata a 30 millones de salmones con un peso medio cercano a los tres kilos, mortandad extraída en estado de putrefacción con altísima emanación de un veneno mortal para los seres vivos conocido como ácido sulfhídrico, que puso en riesgo la salud y vida de miles de trabajadores y afectó una zona de extracción de subsistencia de comunidades ancestrales del borde costero del mar interior.
También queda en evidencia la falta de políticas de desarrollo local, el centralismo colonial chileno, donde los funcionarios del más alto rango de la región prestan más oídos al nivel central, apartándose de su rol de gobernar la región poniendo como bien superior el bienestar de sus habitantes.  No se puede entender de otra forma el aparato comunicacional gobierno-empresarios para minimizar, ocultar o invisibilidad la crisis, que de no ser por la organización de los trabajadores y su obstinada persistencia de sacar la voz en momentos difíciles, lo que permitió salvar vidas, de otro modo la crisis habría pasado como un fenómeno más de la naturaleza que habitualmente afecta a zonas aisladas.
En el sur decimos “después de la tormenta siempre llegará la calma”, la calma que esperamos no es de pasividad, esperamos que el gobierno responda a la demanda de los miles de mujeres y jóvenes desempleados de la industria del salmón consecuencia de la crisis,  esperamos que los empresarios cambien de conducta con los  trabajadores, sin pedir a cambios privilegios, que traten con dignidad a todos los trabajadores de la industria,  que los representantes de la región muestren un poco de interés por los problemas locales.
Como ciudadanos, después de estos más 50 días que lleva la crisis, esperamos mayor conciencia y fe en nuestras propias capacidades, que nos hagamos valer.
Los trabajadores de la Región y la Provincia asumimos un compromiso bajo el alero de la central unitaria de trabajadores, trabajar por una plataforma común para todos los trabajadores de la industria, directos e indirectos, para enfrentar las consecuencias de la crisis y  el futuro de los trabajadores del sector, donde será en este 1 de mayo una instancia de expresión donde saldremos a las calles a conmemorar con más sentido el día internacional de los trabajadores, para honrar la memoria de nuestros mártires y exigir más democracia fin a la corrupción y un sistema público de pensiones.

CUT LLANQUIHUE

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