Trabajadores: ¡A terminar con la democracia del dinero!
Gracias a la actuación de fiscales y jueces, hoy todas las miradas
críticas apuntan hacia un grupo de empresarios y parlamentarios vinculados al
sector más conservador de la derecha política, ligados a un sistema para
defraudar al fisco con boletas falsas, para rebajar impuestos y así financiar
ilegalmente campañas políticas, fraude conocido como “CASO PENTA”; y a lo sucedido en el caso CAVAL, donde el hijo de la Presidenta Bachelet, haciendo uso
de su posición y de información privilegiada fue protagonista de un negociado
inmobiliario en el que se vio involucrado el mismísimo Andrónico Luksic, uno de
los empresarios más cuestionados, no sólo por sus vínculos con la Nueva
Mayoría, sino por sus actividades mineras que contaminan el agua y degradan los
suelos de pueblos en el norte de Chile.
Estos casos han dejado en evidencia la cuestionable relación entre los
negocios y la política que existe en nuestro país, limitando el desarrollo de
la democracia, siendo una herencia del modelo neoliberal impuesto en los 17
años de la dictadura, perpetuado por los gobiernos de la concertación y la derecha.
Mientras la ciudadanía aún decanta estos hechos, resulta inaudita la
prudencia de las palabras y el silencio
de políticos y empresarios; justo en el momento en que se requieren voces
fuertes y categóricas que cuestionen la ética de los servidores públicos y
denuncien el vínculo entre dinero y política.
Ese silencio mayoritario provoca la legítima sospecha de que no pocos representantes
políticos estén cooptados por el poder del dinero, dado que quienes salieron a
criticar este contubernio fueron contados con los dedos de la mano.
El caso Penta, todas sus aristas y el caso Caval no son casos aislados
y esta es sólo la punta del iceberg. Es cierto que algunas de las situaciones
denunciadas aún no alcanzan un rango de ilegalidad y sólo son reñidas con la
ética, pero si tuviéramos un marco legal gestado en democracia y normas para
delitos económicos menos permisivos, nos libraríamos de varios que ven la
política como una forma de enriquecerse.
La ciudadanía, los trabajadores estamos agotados de los actos de
corrupción de los grupos económicos del país. Estamos indignados con los abusos
del empresariado, cansados de que los bancos, el retail, farmacias, AFPs,
Isapres, se enriquezcan a costilla de los trabajadores aumentando la brecha de
desigualdad, desigualdad que la Presidenta Bachelet prometió disminuir, pero
episodios como el protagonizado por su hijo ponen en tela de juicio sus
intenciones.
En ese sentido no es sostenible que parlamentarios que estaban en
conocimiento de que el financiamiento que recibían era ilícito, continúen
siendo representantes en el poder legislativo. Todos ellos deben renunciar, es
un acto de decencia mínimo que los ciudadanos esperan.
Estos hechos ocurridos recientemente, hacen más urgente avanzar hacia
una nueva institucionalidad que impida los actos de corrupción e imposibilite que
el dinero controle la política.
En momentos como este, se requiere una mayor presencia del movimiento
sindical y un rol activo reprochando el actuar de nuestros representantes y
empleadores. Debemos fortalecernos en la unidad y no fragmentarnos como
propone el propio modelo, para que nos mantengamos distanciados y desconectados
entre sí. Los actos de corrupción deben ser denunciados por los sindicatos,
porque finalmente terminaran afectando a los propios trabajadores.
No es sostenible que por la razón que sea no se haya salido a dar una
opinión, justo cuando más se necesita una voz que exija que ésta viciada
relación entre negocios y política se termine. Los sindicatos junto a
la sociedad civil organizada han constituido, de una u otra forma el último
bastión de resistencia ante un neoliberalismo brutal que destruye los derechos
de los trabajadores y que, justamente, ha permitido que las empresas accedan
también a grados desproporcionados de influencia en el mundo político y que
utilicen los servicios públicos como oportunidades para sus negocios.
Sin ir más lejos, el HOLDING PENTA es un “hijo pródigo” de este
modelo; nació en dictadura adquiriendo empresas estatales a bajo precio, y
alcanzó su peak en los gobiernos de la concertación, obteniendo jugosas
ganancias de compañías de seguros, AFPs, Isapres y Clínicas, entre otros negocios
especulativos.
Lo que ha quedado revelado en estos meses del 2015 en el país es
gravísimo; como Central Unitaria de Trabajadores CUT Llanquihue, en
representación de todos los trabajadores organizados de la Provincia, del mundo
público y privado, condenamos cualquier tipo de relación de subordinación de la
política con los negocios. Rechazamos la
actual forma de financiamiento de la política que ha permitido a las empresas
“elegir” a “sus” parlamentarios y financiar funcionario de Gobierno, violando
la confianza pública.
Los sindicatos y los actores sociales debemos sacar la voz porque
entre tanto silencio y discreción, algunos ya quieren resolver este tema en
alguna “cocina”. Los chilenos no podemos esperar a que quienes son parte (la
clase política) sean jueces también y nos presenten la solución mediante un
acuerdo que celebren levantando las manos y prometiendo como niños en una
travesura “nunca más mamita”.
Se necesita quitarle la retroexcavadora a la Nueva Mayoría, aprovechando
que decidió no ocuparla y socavar los cimientos del negocio en la política,
cambiar la Constitución Política y definir un marco constitucional democrático
y que termine con la corrupción de nuestros representantes.
Necesitamos una Asamblea Constituyente con representantes válidos y
limpios de corrupción, boletas ideológicamente falsas y sin uso de información
privilegiada. El Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo ya tuvieron su
oportunidad y en 25 años no la aprovecharon.
Ahora nos toca a nosotros los sindicatos, los movimientos sociales,
los colectivos, la agrupaciones religiosas, los colegios profesionales, las
minorías, los pueblos originarios, las juntas de vecinos y todas aquellas
organizaciones ciudadanas, agarrar el timón y avanzar en la construcción de una
sociedad más representativa y democrática. Es el momento de no callar, es el
momento de dar la cara y recuperar la política para la democracia y el Estado en
pos del Bien Común.
Suscriben
. Central Unitaria de
Trabajadores CUT LLANQUIHUE
. Federación Nacional de
Profesionales de la Salud servicio del Reloncaví FENPRUSS SSDR
.
3 comentarios:
como ciudadanos y ciudadanas de este país hermoso que tenemos debemos INDIGNARNOS por lo que está aconteciendo en el ámbito valórico que en esta oportunidad lo representa el caso PENTA Y CAVAL. Llamémosnos todos a reflexionar respecto de la importancia de NO al engaño tributario, de NO a la codicia. SI al trabajo honesto, SI al limite del lucro, SI a la distribución digna, y con fines de desarrollo de nuestro planeta, SI a los políticos con disposición de servicio a su país, NO al caudillismo, SI a la gobernanza con responsabilidad de los territorios...en finnn Lo importante es manifestarnos. Buscar un medio de juntar firmas en un manifiesto ético, juntemos firmas....
Un solo comentario.
Somos lo que hacemos...no lo que decimos.
Movimiento Patriótico Manuel Rodriguez. Puerto Montt.
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Somos lo que hacemos...no lo que decimos.
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